En 1989 se oficializa el Club Activo de BMX integrándose en el Registro de la Comunidad de Madrid y de la Federación Madrileña de Ciclismo, con el propósito, tal y como consta en sus estatutos fundacionales, de promover la práctica deportiva tanto en los aspectos promociónales como competitivos. Con más de 80 socios, ya desde sus inicios formaron parte los mejores corredores de la época e incluso se participo en organización de pruebas del entonces incipiente MTB.

Corrían finales de los años 80, y el gran boom espontáneo que había inundado a  miles de jóvenes en España a partir de  1981, comenzaba a decaer. Existían  corredores, afición y circuitos fruto de  algunas iniciativas individuales pero  faltaba una vertebración y una infraestructura que garantizasen un crecimiento en el futuro. La Federación Internacional de BMX  comenzaba un proceso de integración en la UCI como forma de crecer y expansionarse por el mundo.